«Escribir es la manera más profunda de leer la vida.» dijo Francisco Umbral haciendo referencia al oficio del escritor, aquel en el que el sujeto con su bolígrafo se transforma en un ente “todo poderoso” capaz de crear un mundo paralelo al real y moldearlo con sus manos como plastilina.
El labor del periodista está muy viciada en la actualidad, y en lugar de hacer nombre a un género literario hace nombre a un género mediocre con profesionales mediocres. Sin embargo, está latente el periodista literario, aquel que es capaz de emplear las mismas herramientas que el escritor pero con fidelidad a la realidad y sin alterarlo.
El punto de vista que emplea el periodista literario es muy relevante a la hora de definir la historia. Estamos haciendo referencia, no obstante, a la estructura temporal de la narración y el papel desempeñado por la voz narrativa.
En la técnica del Nuevo Periodismo, (New Journalism), se observa se emplea la construcción de escena por escena, es decir, narrar los hechos reales a través de técnicas propias de los relatos de ficción, el uso de la descripción significativa al igual que la caracterización y la transcripción de los diálogos como se hace en las novelas.
Se debe destacar que el punto de vista es en tercera persona y el autor desaparece del texto y son los personajes los que llevan la historia. No obstante, el acercamiento con el lector dependerá del estilo y del tono empleados por el periodista.
Ejemplo de ello sería Beth Ann y la macrobiótica, de Robert Christgau. Escrito en tercera persona pero a diferencia de otros reportajes de este movimiento, el periodista no ha vivido ninguna escena de las que habla sino que se debe documentar a través de relatos de otras personas allegadas a la afectada.
He aquí, mencionar que el uso de la tercera persona permite al periodista literario escribir sin estar condicionado de antemano, por tanto el enfoque será más adecuado, pero no el único posible. Sin embargo, el narrador no tiene la capacidad de introducirse en el alma de los personajes a pesar de ser un mero observador con capacidad de juicio de los acontecimientos. Su opinión e inclinación se dejará vislumbrar por la manera de contar el relato y las piezas cargadas de realidad que dispone para elaborar su oficio.
En contraste, cabe mencionar que cuando se emplear el narrador en primera persona, el periodista literario se convierte en un personaje más. Es el que cuenta la historia, el protagonista, aunque su voz no represente sólo su papel en la historia. , dado que su presencia es capaz de perturbar los acontecimientos. En definitiva, su labor no se limita a ser un mero espectador de la acción, sino a formar parte de él.
Es lo que sucede en el periodismo literario de Gay Talese con Frank Sinatra está resfriado. En la narración no subraya la presencia del periodista y emplea una estructura temporal lineal, salvo algún salto de importancia de las fuentes familiares del artista. Además emplea el uso de retratos paralelos, es decir, las personas del entorno y sus características dicen y hablan sobre la propia persona. Además emplea el uso de anécdotas que aportan información y no describe al personaje: lo muestra. Asimismo, combina el estilo indirecto con diálogos.
Cabe mencionar, que sea cuál sea la persona narrativa, todo relato periodístico debe captar la atención del lector. No obstante, la andanza del periodista literario determinará si consigue este principal objetivo y para conseguirlo las primeras líneas del texto deben ser cautivadoras.
Cabe destacar que para el desarrollo del texto es muy importante que el periodista literario sea capaz de crear y mantener una tensión a lo largo de la historia a su vez que crea unos personajes cumplidamente retratados y bien seleccionados.