Antes de cumplir once años, parecía que quedaba mucha vida por delante antes de morir.
Es la lluvia sobre el mar.
En la abierta ventana,
contemplándola, descansas
la sien en el cristal. (Jaime Gil de Biedma)
Unos brazos recorren tu piel, y te abrazan.
Pero no te vuelves hacia mí, sonriéndome, como solías hacer.
Es ahora a él a quien se lo haces.
Pienso en como ha pasado el tiempo y te recuerdo así. Desde que me tuve que esconder y aceptar mi etiqueta social de maqui.
He tenido fe en ti y aquí estoy. Sin nada que dar, sin nada que recibir.
Nos prometen cosas que no nos pueden dar y acabamos prometiéndonos esas cosas a nosotros mismos.
Antes de cumplir once años, pensé que nos casaríamos. Que serías el amor de mi vida.
Imagen de unos segundos,
Quieto en el contraluz.
Tu cuerpo distinto, aún
de la noche desnudo (Jaime Gil de Biedma)
Tus curvas se juntan y forman la silueta de embarazada, tendrás un hijo sano y feliz.
¿Qué viene después de un amor? Otro amor.
Me voy al teatro. Me siento. Es donde mejor pienso. Y nadie me irá a buscar allí.
Un concierto de un hombre. Toca su piano con fuerza y amor. El instrumento tiene nombre de mujer. Está grabado el nombre de «Julia» en él.
Siento el fluir de la música, la pasión, siento los aplausos. Me siento vivo.
Antes de cumplir once años, la vida parecía muy sencilla.
«Ven aquí», «ven aquí», me dice un niño saltando y riendo alegremente. Me empieza a tirar piedras.
Me despierto.
La sala está vacía. Cuando voy a abrir la puerta, me vuelvo para observar el escenario.
El piano no está allí.
Pasear de noche con las manos en los bolsillos. Parejas agarradas de la mano. Se respira cierto aire carnavalesco Se nota que murió Franco.
Me meto en el callejón de detrás del teatro. Nunca pasa nadie y así puedo fumar tranquilamente.
Pasan dos niños corriendo y tirándose piedras.
Y es entonces cuando recuerdo mi sueño, y a su vez mi pasado.
Entonces era niño. Entonces tenía solo once años.
Fue cuando la vi. Ahí sola. Perdida de las manos de Dios. Y yo la rescaté.
«Ven aquí», le dije. «Ven aquí».
¿Qué viene después de una vida? Otra vida
Me llamo Julia y mi pasión es compartir la música que nace de mis teclas cuando mi dueño posa la yema de sus dedos en ellas.
Me toca a veces con fuerza y pasión.
Otras, me lo hace suave, y entre caricias y aplausos del público, me hace suya.
Todo era perfecto, hasta que se me estropeó una tecla. Yo no me quejaba, a pesar de que me dolía. Ponía todo de mi parte.
Luché.
Pero hay decisiones que las toman otros por ti.
Y aquella noche en el Teatro Principal mi dueño se despidió de mí brindándome toda su pasión.
No quería que acabara nunca. Pero después de los aplausos, llegó mi final.
No escuchó mis plegarias y se marchó sin mí.
Soy un piano. Me llamo Julia. Y estoy sentada junto a los contenedores de la basura.
¿Qué viene después de un amor? Otro amor
Aquella noche un hombre me rescató de mi final fatídico. Me dio cobijo y no le importaba mi tecla defectuosa. Es más, se gastó más dinero en arreglarme a largo plazo que si se comprase otro piano.
¿Qué viene después de una función? Otra función
Porque la vida es teatro.
Ambos, antes de conocernos, teníamos miedo.
Vida. No te hemos perdido.
Abrimos los puños y surgen mariposas volando al horizonte. Al nuevo mundo.
Porque solo podemos conocer una vida, pero nosotros somos la función.
Que no acabe nunca.